Andorra en verano

He perdido la cuenta de las veces que hemos viajado a Andorra, pero siempre lo hemos hecho en invierno. Esta vez, vamos a descubrir sus montañas y senderos, libres de nieve y esquíes.

DÍA 1

Llegamos a Andorra sobre las 5 de la tarde. El termómetro marca 41 grados. Estamos en plena ola de calor y el pirineo también la sufre. Localizamos nuestro apartamento en el Tarter. Es pequeño pero bastante nuevo. Suficiente para pasar unos días en este precioso país.

Sobre las 6 salimos a dar una vuelta. Hemos visto por el camino una especie de exposición de estatuas de animales y, por supuesto, Eva quiere ir. Descubrimos que pertenecen a un restaurante, Restaurant Apres-ski The Boss, en el Tarter. Una delicia para los niños y un reclamo para el restaurante. Después de verlos a todos, decidimos ir a buscar a nuestro primer tamarro. Los tamarros son seres de madera escondidos en los bosques de Andorra. En las oficinas de información te dan un librito para ir completando la hazaña. Si encuentras los 7, al final tendrás un premio.

En la rotonda donde está el telecabina de Encamp tomamos la salida que sube hacia la montaña y tras unos 10 kms de curvas y unas vistas que quitan el hipo, llegamos a un pequeño aparcamiento. Solo allí hay un pequeño cartel donde pone “Troba el tamarro”. No lo habríamos encontrado de no ser por el gps. Dejamos el coche y la tamarro Enko está a pocos metros. La emoción de ver al primero es muy guay. Hacemos fotos y damos una vuelta por los alrededores. Decidimos volver a cenar al restaurante de los animales. Es tipo Foster, pero cenamos bien y no es caro.

DÍA 2 – VALLE D’INCLES

A un par de kilómetros de nuestro apartamento, justo antes de llegar a Soldeu, se encuentra el desvío al valle de Inclés. Aquí dejamos el coche ya que vemos que la carretera para acceder está cortada al tráfico. Para llegar al punto de información y restaurante donde empiezan las rutas, hay 2 opciones: hay un pequeño autobús que por 3 euros te lleva y te trae durante todo el día o puedes ir andando. Nosotros decidimos hacer la ida en bus y la vuelta por la parte opuesta del río, por el camí del Obac. Ya en el bus disfrutamos del idílico paisaje del valle. Al llegar, emprendemos la ruta hasta la Font de Travenc. Son unos 20 minutos por la orilla del río que los niños pueden hacer con facilidad y disfrutando del camino. Al llegar una fuente y un puente de piedra te invitan a descansar de la subida. Las rutas hacia el refugio y el lago continúan pero son demasiado para hacerlas con Eva, así que decidimos volver esta vez por el otro margen del río. Es un camino de piedra más ancho. Lo ideal es subir por el margen izquierdo (mirando desde abajo) y bajar por el margen derecho. Al llegar de nuevo al restaurante, decidimos olvidarnos del bus para volver y bajar por el camí del Obac. Todo un acierto. Tardamos unos 50 minutos. Es un camino fácil, lleno de árboles que te dan sombra y disfrutas del maravilloso paisaje del valle. Para rematar la excursión lo ideal es comer en L’Ovella Negra, el restaurante que hay en el valle, pero como es 15 de agosto está lleno y nos quedamos con las ganas. Intentaremos reservar para otro día.

Volvemos a comer y descansar en el apartamento.

Para la tarde, hemos pensado bajar a Andorra la Vella. Vamos en busca de un nuevo tamarro. Para encontrar a Andy, hay que subir por la carretera de montaña que lleva a la urbanización la Comella, pasar el Berenador de la Comella y desviarte dirección a la Urbanización Comella Park. Sigues hasta el final de la carretera (hay una barrera que te impide seguir) y dejas el coche para comenzar la ruta a pie. Durante los 20 minutos de subida hasta el tamarro, hay pruebas que los niños tienen que ir superando. Me parece una ideaca. Y además, puedes disfrutar de las vistas de la ciudad desde la montaña, una delicia. Por fin, llegamos a Andy. Merece la pena continuar unos pocos metros a su derecha para llegar al mirador del Bosc Negre. Además, si te animas, puedes adentrarte en el bosque. Es impresionante.

Pasamos el resto de la tarde dando un paseo por las calles de Andorra y cenamos en la pizzería Mamma María, al que tantas ganas teníamos de volver. Las pizzas son deliciosas.

DÍA 3 – NATURLAND

Hoy nos dirigimos al sur de Andorra para visitar Naturland. Es lunes y encontramos bastante tráfico por lo que tardamos una hora en llegar. El parking está a tope y tenemos que aparcar en la carretera. En agosto, encontramos mucha gente por todas partes y aquí no iba a ser menos. Tras un buen rato en la cola para comprar el ticket (hay que hacer un estudio para decidir qué tipo de entrada sacas), ya nos decepciona un poco el sitio porque Eva no puede subir al Tobotronc, la principal atracción. Los niños deben medir 120 cms al menos. Finalmente, sacamos una entrada para ella con las actividades para niños entre 3-6 años. Hay una zona específica para ellos con colchonetas, tirolina, airtrek infantil, un hinchable y motos. Ella pasa un buen rato y con eso nos quedamos, pero nos parece un poco timo, la verdad. Además, lo que más ilusión le hace es el paseo en pony y hay que subir otros 9 kms para llegar a otra zona del parque para hacerlo. Aquella zona está más tranquila, hacemos el paseo en pony y Pablo tiro con arco. Además, damos un paseo por la zona para ver los animales que tienen: caballos, llamas, un lince, lobos (no conseguirmos verlos), y una granja escuela donde tienen cabras y cerditos vietnamitas a los que damos de comer. En definitiva, hemos echado la mañana aquí pero no nos ha conquistado.

Ya de bajada, hacemos nuestra parada de rigor para localizar a la tamarro Lau. Desde donde se deja el coche, solo hay que andar 5 minutos y como todos está en un entorno espectacular.

A unos 800 metros, en el pueblo de Juberri, paramos en los jardines de Juberri en los que hay un montón de estatuas de animales a tamaño real y con unas vistas impresionantes. Nos sorprende que sea gratuito y poco conocido. Sin ser gran cosa, merece la pena la visita y Eva lo pasa pipa entre los caminitos del jardín.

De vuelta, hacemos una parada en Andorra para ver un par de tiendas que ayer estaban cerradas: visita obligada a la Bauhaus (la han cambiado desde nuestro último viaje y ha perdido un poco de encanto) y a una tienda de manualidades. Parada en el super a comprar aprovisionamientos y vuelta al apartamento. Ha sido un día intenso y estamos muy cansados. No aguantamos hasta la hora de cenar, así que compramos sushi y cenamos en casita.

DÍA 4 – LAGOS DE TRISTAINA

Las 8 de la mañana puede ser tan buena hora como otra para usar una taladradora. Esta es la hora en la que algún vecino ha decidido que hoy martes 17 de agosto nos tenemos que levantar. Aprovecho para escribir el diario y preparar la ruta de hoy a los lagos de Tristaina, una de las rutas estrella de Andorra.

Tardamos 1 hora y media en hacer el trayecto hasta la estación de Ordino-Arcalis porque cogemos varios atascos. El tráfico en Andorra es horrible y los días de diario se producen embudos en algunas zonas a todas horas (Canillo, La Massana). Dejamos el coche en un parking donde hay más de 100 y emprendemos el ascenso a los lagos de Tristaina. Hemos leído que la primera subida es apta para niños, pero nada más lejos de la realidad. Es un ascenso difícil y tenemos que portear 18 kilos de Eva en un par de tramos complicados. Tardamos más de una hora en subir al primer lago, aunque merece la pena. Nos quedamos con las ganas de ver al menos el segundo, pero tenemos que hacer la bajada. Eva se porta como una campeona y tardamos algo menos que al subir. Se ha hecho la hora de comer, así que cogemos el coche y decidimos hacer el picnic en Planel d’Encodina, donde conoceremos al tamarro de hoy. Además, hay una zona de mesas y una pradera entre montañas encantadora para comer y descansar. Aprovechamos el descanso para retratar a la tamarro Dino con nuestros cuadernos y acuarelas.

De bajada, nos desviamos al valle de Sorteny. Íbamos a dejarlo pasar porque estamos bastante cansados, pero decidimos hacer el esfuerzo y no nos arrepentimos. Dejamos el coche en el parking junto al punto de información y subimos hasta el jardín botánico. La subida es de un kilómetro más o menos por un camino ancho de piedra, pero lo mejor es adentrarte en el bosque por los desvíos que vas encontrando y que te llevan por el bosque y el río. Una maravilla de ruta, fácil y preciosa. Las vistas al llegar al jardín botánico tampoco tienen desperdicio. Bajamos por otro de los atajos, zigzagueando por el bosque.

De vuelta, paramos a comprar algo de comida para mañana y cenamos de nuevo en la Mamma María. Nos encanta este sitio, buen servicio y buena comida.

DÍA 5 – COLL D’ORDINO

En todos los viajes hay un día tonto, y ese ha sido este día en nuestro viaje a Andorra. Diversos motivos: llevábamos malas indicaciones para algunas excursiones (y no tenemos internet para mirar nada sobre la marcha), mucha gente y coches que nos impiden detenernos en algunos puntos de interés y que la pobre Eva no acompaña hoy. Ayer le dimos tal paliza que hoy está torcida, suponemos que por el propio cansancio.

Ya comenzamos el día con cambio de apartamento. 5 días antes de nuestro viaje, la chica que lleva los apartamentos nos escribió diciendo que tenía un problema de overbooking con nuestro apartamento y que nos tenía que cambiar de apartamento varias veces en nuestra estancia de 7 noches. Intentamos buscar otra cosa pero a esas alturas y en pleno agosto fue imposible, así que tuvimos que aceptar a regañadientes. Le pondremos una mala valoración a nuestra vuelta. Es nuestra única forma de expresar la pataleta.

Empezamos el día subiendo desde Canillo hacia el mirador del Roc del Quer. Cuando llegamos sobre las 10 no hay mucha gente. Aun así tenemos que hacer cola para asomarnos al mirador y hacernos la foto de rigor. Cuando nos vamos el aparcamiento está hasta los topes. Aun así la visita merece la pena.

Ya empezamos a torcernos intentando buscar al tamarro Nilo. Sé que es uno de los más fáciles de encontrar y aun así no tengo bien las indicaciones y tenemos que dar algunas vueltas. Finalmente, lo encontramos un poco más adelante del mirador a pie de carretera, pero tiene un aparcamiento tan pequeño que no podemos ni parar. Pablo da una vuelta con el coche y nosotros aprovechamos para hacernos la foto y marcar nuestro librito.

Continuamos por esta carretera con intención de parar en el Coll d’Ordino, la zona alta de esta montaña con numerosas excursiones para hacer, pero hay tantos coches que no podemos parar. Continuamos hasta encontrar otro pequeño parquing, la Font de la Navina, y andamos un rato por el sendero que sale desde aquí. El paseo nos encanta, caminamos a través del bosque, vamos unos montones gigantes que construyen las hormigas con pinocha, ramas y tierra, algunas setas, etc. En unos 15 minutos podríamos llegar caminando al Coll d’Ordino por este sendero pero Eva no quiere continuar así que volvemos al coche. Volvemos por donde hemos venido para volverlo a intentar pero hay más coches que antes todavía, así que decidimos cambiar destino y bajamos hacia Encamp para hacer la excursión al mirador de Toll Bullidor. De nuevo, tras 2 intentos de comenzar la excursión por sitios que no son, conseguimos que un amable paisano nos explique en catalán dónde tenemos que dejar el coche para llegar al mirador. Pero estamos cansados y desmotivados y decidimos dejarlo para otro momento. Pensamos que es buena hora para subir a Mont Magic (parque de atracciones en las pistas de Grandvalira) y pasar la tarde. Pero al llegar al mostrador la chica nos dice que podemos subir pero que está a tope y que tendremos que hacer 1 o 2 horas de cola para subir a cada atracción.

Finalmente, comemos unos bocadillos que llevamos y decidimos volver al apartamento a descansar y resetear. A media tarde, conseguimos convencer a Eva para salir y la llevamos a un parque infantil en Soldeu. Allí pasamos la tarde ella feliz jugando y nosotros leyendo en un banco. Tampoco está tan mal descansar un rato. Cenamos en el apartamento y nos vamos pronto a la cama para coger el día de mañana con energía.

DÍA 6 – PAL ARINSAL

Hoy decidimos madrugar para intentar evitar los atascos que se producen todos los días en Canillo y la Massana… y lo conseguimos. Salimos del Tarter a las 9:15 y en una media hora llegamos a nuestro destino: el bosque de los menairons. Apenas hay un par de coches en el aparcamiento. Nos adentramos en el bosque y quedamos fascinados con esta excursión. Es una ruta a través del bosque, apenas da el sol de lo frondoso que es, en la que te vas encontrando pruebas que superar y detalles que hacen las delicias de niños y adultos. Hay que coger un librito en cualquier oficina de turismo para seguir la ruta con todo lujo de detalles. Tardamos unas 2 horas en hacer el recorrido, despacito y disfrutando.

Volvemos sobre nuestros pasos para desviarnos a Arinsal para encontrar al tamarro Massa. Dejamos el coche en el parking que creemos que da acceso al sendero pero nos equivocamos de camino y ascendemos por un camino forestal muy empinado que nos deja sin aliento. A punto de volvernos convencidos de que no vamos bien, una chica nos indica que podemos coger un atajo al tamarro un poco más adelante. Y efectivamente, bajamos a través del bosque y el río hasta llegar a él. Este tamarro está a la orilla del río Pollós, un rincón precioso donde te puedes incluso remojar los pies. Una pena que haya tanta gente. Volvemos ahora sí por el sendero correcto, aun así es uno de los tamarro con más difícil acceso (se sube hasta él por una pista de esquí). Antes de llegar al coche paramos en una zona de césped a comernos nuestros sándwiches.

De vuelta, decidimos volver a visitar a los tamarros Andy y Enko para marcar el librito (cuando los visitamos todavía no lo teníamos) pero nos equivocamos de camino y acabamos en el parking de Les Fonts, desde donde parte el sendero para ver a nuestro último tamarro, Caldes. No desaprovechamos la oportunidad y tras 10 minutos de paseo por un agradable camino, llegamos a Caldes y completamos nuestra misión. Ha sido una pasada. Menudo ideón lo de los tamarros.

Debajo de Caldes, está el mirador de Les Fonts con unas vistas de impresión del valle y la ciudad de Andorra la Vella. Volvemos al parking y vemos que el lago de Engolasters está a tan solo 10 minutos andando, por lo que ignoramos nuestro cansancio y nos acercamos. No nos gusta demasiado, está un poco desangelado. Hay un sendero que lo rodea pero estamos muy cansados y no lo hacemos. Al lado del lago está Bosc Aventura, una zona de tirolina y actividades. Descansamos unos minutos y volvemos al coche.

Para terminar el día, bajamos a Andorra la Vella y dejamos a Eva que campe a sus anchas por los 7 parques infantiles que hay justo delante de Caldea. Si vas con niños, es parada obligatoria. Tomamos un helado en el centro comercial cercano y compramos comida y cena en el súper. Cenamos en el apartamento porque ya no nos dan de sí las piernas.

DÍA 7 – ¿DÓNDE ESTÁN LAS SETAS?

Hoy es nuestro último día en Andorra y ya hemos visitado todas las zonas que teníamos planeadas. Decidimos hacer la ruta ¿Dónde están las setas?, un sendero preparado para los niños. La habíamos descartado pero como nos gustó tanto el Bosque de los Menairons aprovechamos para verla también.

Paramos en la oficina de turismo de Canillo para que nos sellen nuestro libro de los tamarros y nos den nuestra recompensa, un dominó con sus caritas. También compramos una mascarilla para Eva de recuerdo. Cogemos el libro de la ruta de las setas y subimos hacia el tamarro Dino, donde se deja el coche y se inicia el camino. De nuevo, el paisaje es precioso y la ruta muy bonica, aunque algo menos currada que la de los menairons. Tardamos una hora y media en hacerla.

Avanzamos por la carretera para intentar parar en el Coll d’Ordino, pero nos ocurre lo mismo que el otro día. El pequeño aparcamiento está lleno y nos tenemos que volver sin verlo. Como Eva está cansada, decidimos bajar a Andorra y pasamos unas horas en los parques de delante de Caldea. Comemos y mientras Eva juega nosotros aprovechamos para descansar leyendo y pintando. Nos tomamos un helado y aprovechamos para comprar unos quesos y chocolates para llevarnos. Sobre las 5 volvemos al apartamento para descansar un rato y darnos una ducha. Sobre las 7:30 bajamos a Canillo para cenar en el Burguer Brothers. Todos los días pasamos por la puerta y nos apetece probar las hamburguesas. Están ricas. Damos un paseo por la orilla del río y volvemos al apartamento.

Nuestro viaje llega a su fin. Solo nos queda preparar la maleta y salir atacando por la mañana. Aprovecharemos que pasamos por Valencia para comer en el Kawori, uno de nuestros restaurantes favoritos, y poner la guinda a este viaje inolvidable.

Ha sido un viaje precioso. Andorra nos ha sorprendido mucho en verano. Acostumbrados a verla nevada y venir a esquiar y poco más, en verano tiene mucho más encanto ya que todo son paisajes de postal y un paseo por cualquier parte es una delicia. Además, hay muchas actividades para hacer con niños que les motivan y no dejan de ser alucinantes también para los adultos.

Hemos cumplido nuestro ambicioso plan. Prácticamente, no nos ha quedado nada por ver, salvo alguna excursión como la cascada de Toll Bullidor y Coll d’Ordino (en este caso, por la cantidad de gente que había).También nos quedamos con las ganas de ver los 3 lagos de Tristaina, pero la subida fue dura y teníamos que pensar en la vuelta. No hemos visitado tampoco Caldea ni Mont Magic Canillo, seguro que a Eva le habrían gustado, pero hemos preferido dedicar el tiempo a la naturaleza. Ya los visitaremos en otra ocasión.  Cuando viajas con niños, tienes que ir adaptando los planes a sus necesidades y también a las tuyas.

Lo que más nos ha gustado:

  • La búsqueda de los tamarros
  • El bosque de los menairons
  • El lago de Tristaina
  • La vall d’Inclés

Lo que menos:

  • Lago de Engolasters
  • Naturlandia
  • El tráfico y los atascos

 

Conclusiones: Andorra en verano nos ha entusiasmado. Si te gusta el campo y la montaña, es visita obligada. Mejor no visitar en agosto (hay mucha gente) y alojarse en Andorra la Vella que es el centro del país y te ahorras bastantes kilómetros y tiempo. También importante llevar bien preparadas las rutas, identificados los inicios y ubicaciones y llevar gps. Las indicaciones brillan por su ausencia y al no tener internet en el móvil no puedes consultar nada sobre la marcha.

Ha sido un viaje estupendo y que recordaremos durante mucho tiempo. Y seguro que repetiremos.

  • Date 24/08/2021
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