Ayer escuché una entrevista muy interesante a Oscar López, presentador de Página2, el programa cultural y literario que lleva 10 años emitiéndose en la 2. La entrevistadora preguntó a Oscar por cómo empezó su romance con los libros, porque todos los lectores recordamos ese primer libro que nos enganchó a la lectura o ese profesor o padre que nos leyó y nos animó a leer.
Escuchando esto pensé en mi propio romance con la literatura y porqué empecé yo a leer. Recuerdo leer desde siempre, tener un libro en la mesita y leer unas páginas antes de ir a dormir. Supongo que teniendo una madre que era lectora habitual, los libros se convierten en algo cotidiano y normal.
Uno de los primeros libros que recuerdo haber leído es Lumbánico, el planeta cúbico, de El Barco de Vapor. Ese planeta con forma de cubo, cuyas aristas montañosas y escarpadas separaban las caras donde vivían gentes de lo más variado… hace más de treinta años que lo leí y todavía recuerdo el argumento. Además de otros libros de El Barco de Vapor, tengo muy buenos y divertidos recuerdos de los libros de Elige tu propia aventura. Pasaba horas con mi hermano buscando los diferentes finales o leyendo el libro de principio a fin sin que aquello tuviera ningún sentido.
Otro de los libros que recuerdo con cariño es El príncipe destronado. Fue una lectura escolar, pero me enganchó. El protagonista es un niño que es «destronado» por su hermana recién nacida. Uno de los personajes se llamaba Merche, creo que la madre, y eso me gustaba 🙂
También recuerdo leer siendo muy jovencita El fantasma de Canterville o El perfume, lecturas adultas pero que mi madre tenía por las estanterías y yo encantada de que cayeran en mis manos.
Desde que Eva nació, le leemos cuentos. Al principio, parecía que estábamos locos, porque ella no nos hacía ni caso (o eso parecía). Pero enseguida empezó a mostrar interés, a pedirnos que le leyeramos o incluso a «leerlos» ella misma. Disfrutamos mucho leyendo con ella. Primero, porque la literatura infantil es una maravilla. Segundo, porque estamos convencidos de que leer todos los días y tener libros en casa hará que sea algo cotidiano para ella y dentro de unos años nos podrá contar su propio romance con los libros.